El hombre aprovecha los recursos forestales para obtener madera, para usarla como leña, despejar el terreno para cultivos o para construir caminos.
Si la explotación excede el límite de crecimiento natural del propio bosque, se pone en peligro la vida de la especie animal y vegetal, convirtiéndose en una explotación irracional.
Esto comienza con la quema de grandes superficies de bosque destinada para la cría de ganado o para la agriculturaAl desprenderse grandes cantidades de dióxido de carbono, se incrementa el efecto invernadero y esto contribuye al calentamiento global de la tierra.
Como la calidad de los suelos es pobre, en un corto tiempo la superficie intervenida debe ser abandonada porque disminuye su rendimiento, lo que origina que la actividad agrícola se desplace hacia otras regiones del bosque donde se repite el procedimiento destructivo (agricultura migratoria).
MIRA COMO ESTA QUEDANDO NUESTRO MUNDO
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