martes, 15 de mayo de 2007

CASOS DE MALTRATO INFANTIL




Los menores de 21 años constituyeron el 76 % de las víctimas remitidas por oficio judicial respecto de los delitos sexuales.
La prevalencia sobre el género femenino se mantuvo elevada y sin variaciones respecto de la edad, tanto en mayores como en menores.
En ambas muestras las víctimas conocían al agresor / abusador en la mayoría de los casos.


El 81 % de los abusadores estaba integrado por familiares directos: padres biológicos, padrastros, abuelos, otros familiares, hermanos, tíos, primos. Y otros conocidos, vecinos, amigos de la familia, portero del edificio.
55 niñas y adolescentes revelaron ante la entrevistadora la situación de abuso y relataron maniobras abusivas de tocamientos y / o penetración y / o introducción digital vaginal. Dos de ellas negaron todo tipo de abuso. En una de estas niñas se constataron desgarros himeneales de larga data. En las dos niñas que negaban los hechos, los sospechados como abusadores fueron el padre biológico y el padrastro.
Se trató de abusadores únicos en el 95 % de los menores examinados.
La comprobación de lesiones genitales de reciente data en el grupo de las niñas fue del 25 %. Se incluyeron como lesiones recientes, además de los típicos desgarros himeneales, la presencia de erosiones o excoriaciones en horquilla y vagina y de congestión localizada a nivel de los labios menores.


En los 43 casos que no presentaban lesiones recientes, se comprobó la presencia de desgarros de antigua data en el 42,10 % y ausencia de lesiones en el 33.33 % de los casos.
La existencia de lesiones anales recientes en niños y niñas que relataron maniobras abusivas por vía anal se constató en el 21,73 % de los 23 examinados. Se incluyeron como lesiones recientes el típico desgarro y la equimosis perianal. En el grupo restante sin lesiones recientes, se comprobaron lesiones antiguas en el 13,04 % de los casos. Las mismas fueron: cicatrices anales (2 casos) y dilatación del esfínter anal mayor de 3 cm. (1 caso). En un 65,21 % no se constataron lesiones.

El maltrato y abuso de menores es un problema escondido, cargado de vergüenza y negación. No se cuenta aún con datos fehacientes, a pesar de que es mayor la concientización. La información confiable, en consecuencia, es escasa. Existen tanto subrregistros, como sobrerregistros, que distorsionan los datos reales. Es conocido que la victimización sexual temprana se vincula con conductas de riesgo elevado en la adolescencia y en la edad adulta, incluyendo uso excesivo de drogas y alcohol, sexo sin protección con múltiples parejas, prostitución y embarazo adolescente.

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